Envejecer mejor: las recomendaciones de una experta en anatomía facial
Tenemos exactamente 56 músculos en el rostro pero preferimos ejercitar los del cuerpo con sentadillas y abdominales varios, aún sabiendo por experiencia propia que la cara es el espejo del alma (hablando en plata). Y lo es, entre otras cosas, porque los músculos faciales son más complejos y las emociones tienen un reflejo directo en el tejido de la cara. “La manera en cómo te hablas por la mañana impacta y por eso hablo de un cuidado holístico que empieza en la manera en la que aplicamos las cremas. Además, lo que pasa en tu cuerpo lo puedes ocultar con la ropa, pero lo que sucede en tu rostro no es tan fácil ”, explica con una energía especial Leila Haddioui, creadora del método de cuidado facial Bovisaj y colaboradora de Sisley. “Creo firmemente en la marca porque tiene mucha ciencia detrás”, avanza.
Es experta en anatomía y yoga facial, y sus sesiones de entrenamiento del rostro son lo más divertido que he probado hasta la fecha en materia de autocuidado. Lejos de impartir clases de automasaje y ejercicios de fitness facial imposibles de recordar una vez intentes poner en práctica lo aprendido, su método es mucho más fácil de aplicar a diario. Hay movimientos más complejos, sí –de ahí que también Leila imparta sesiones privadas–, pero también muchas recomendaciones de vida y gestos a tener en cuenta a la hora de aplicar las cremas. “Un producto de cuidado facial, un gesto”, dice mientras subraya lo mucho que cambia usar un buen cosmético y usarlo poniendo en práctica ciertos movimientos. También insiste en que no ha vuelto a recurrir al botox desde esa primera vez hace bastantes años que, por cierto, fue el origen de Bovisaj. “Me sentía otra, no me reconocía”, dice al recordar ese encuentro con las agujas al que decidió darle la vuelta investigando sin cesar en temas de anatomía facial para crear su propio método. Hablamos con ella de esas recomendaciones fáciles que nos permitirán envejecer mejor (y de mejor humor) y que, una vez interiorizadas, no requieren más de 5 o 10 minutos al día. Y damos fe: tras una sesión con ella, el estado de ánimo también mejora considerablemente.
#1. Movimientos de masaje ascendentes
“La gravedad es el enemigo del buen envejecimiento. Por eso lo primero de todo al hacer un automasaje en el rostro es que los movimientos sean hacia arriba para resetear la memoria muscular porque tienden a ir hacia abajo”, afirma mientras desmaquilla su rostro con cuidado y movimientos ASCENDENTES. Porque así ha de ser siempre salvo cuando llegas al cuello al finalizar tu rutina. En ese caso los movimientos deben ser suaves y hacia abajo para drenar toxinas. Y a la hora de desmaquillar los ojos, la experta recuerda que hay que cerrarlos, poner un disco desmaquillante empapado en producto y eliminar la máscara siempre con movimientos hacia abajo y luego hacia el lado, pero nunca circulares.
#2. Movimientos de palmoteo y pellizco para estimular el colágeno
Leila Haddiou insiste en la importancia de dar cierta intensidad a los movimientos que hacemos al aplicar las cremas para estimular la circulación sanguínea y la formación de colágeno que, recuerda, empieza a decrecer a partir de los 25 años y prácticamente desaparece a los 60. Durante su sesión mueve sus manos hacia arriba con ligeros palmoteos –“Slap, slap”, repite y repite– al aplicar el sérum y termina pellizcando ligeramente la piel -“Pinch, pinch”– porque para ella es una de las mejores alternativas que existen para promover la formación de colágeno y elastina. De hecho, diferencia los beneficios del masaje –que sí estimula la producción de estas fibras encargadas de la firmeza de la piel– del yoga facial, cuyo objetivo es hacer frente a la pérdida de masa muscular que también sucede en el rostro. Respecto a la intensidad, la experta de Bovisaj confirma que todo depende de la forma del rostro y de la cantidad de grasa que tenga. Si es alargado y delgado necesitará menos presión en el movimiento, y si es redondo o cuadrado algo más. Y en las mejillas, siempre habrá que hacer movimientos más enérgicos para elevarlas.
#3. El gesto ‘Pulp Fiction’ para aplicar el contorno de ojos
Desde mi encuentro con Leila cada vez que aplico el contorno de ojos (depositando crema en los dedos índice y corazón de ambas manos) pongo en práctica el movimiento Pulp Fiction en cada ojo (en referencia a la icónica escena de John Travolta en la película con los dedos en forma de V) para extender la crema y masajear la zona. Y termino con el castañeo en el arco de la ceja y levantándola ligeramente por la parte de arriba del arco con los dedos.
#4. Las herramienta de masaje, en la nevera
Es lo que hace ella siempre en casa o cuando llega a un hotel: meter en el frigorífico su Gua Sha (una de sus preferidas para trabajar la zona de la mandíbula) o cualquiera de las otras herramientas que usa para potenciar el masaje facial. Aunque eso sí, cuando le pido que elija su herramienta fetiche, ella se queda con el poder de las manos por su capacidad para conectar con puntos de acupresión del rostro vinculados con órganos de nuestro cuerpo. “Cuando te haces un automasaje con tus manos estás reconectando contigo misma”, añade.
#5. La importancia de elevar las cejas
Cuando le pregunto por el error que solemos comentar de forma habitual las mujeres en materia de cuidado facial, se refiere a un gesto casi innato: gesticular de tal manera que las cejas caigan y los párpados también. Algo habitual porque, como ella misma dice, son sleeping muscles que necesitan ser activados. Por eso aconseja (siempre que se pueda) abrir bien los ojos y levantar las cejas. “Yo soy consciente de mis malos hábitos e intento evitarlos. Por ejemplo, antes de una reunión, mientras espero, puedo hacer un ejercicio de levantamiento de cejas”, dice. Todo suma.
#6. Calienta, inhala y respira
“Con calentar el sérum o la crema en las palmas de las manos, acercarlas a la nariz para olerlas y respirar profundamente ya cambia por completo el momento de la rutina facial. Se trata de encontrar 5 ó 10 minutos al día para hacerlo. Es tiempo para ti. Las buenas técnicas optimizan el efecto de las cremas y está comprobado que te pueden hacer parecer hasta cinco años más joven si eres constante”, promete. Pero más allá de arrugas, lo que importa es el mensaje positivo que lanzas a tu cerebro cuando convierte la rutina de skincare en un momento agradable, de pausa y solo para ti. También insiste durante la importancia de respirar de forma profunda para acelerar el proceso detox de la piel. “La respiración es el control remoto de las emociones”, dice.
#7. Practicar ayuno de 16 horas dos veces por semana
Hacerlo, recuerda la experta, ayuda a que las células de todo el cuerpo y, por supuesto, las de la piel trabajen mejor por ese proceso de autofagia que ocurre cuando el cuerpo no ingiere alimento y que favorece la depuración y la regeneración celular. Ella aconseja poner en práctica el ayuno un par de veces por semana para completar las buenas maneras con las cremas. “Se trata de no comer en una periodo de 16 horas durante la noche y comer en una ventana de 8 horas. Puede parecer difícil, pero te animo a que lo pruebes al menos un día, el cuerpo lo agradece y la piel también. A mí me encanta el azúcar, el vino, que se convierte en azúcar en nuestro organismo… y todo eso afecta a las fibras de colágeno. Y el ayuno ayuda a detoxificar nuestra células y a renovarlas”, explica.
#8. Técnicas de movimiento ocular contra la mirada cansada
Cuando le pregunté a Leila por su recomendación para la mirada cansada esperaba que me diera alguna técnica de masaje específica, pero me sorprendió hablándome de las bondades de las técnicas de movimiento ocular. Aunque es un procedimiento difícil de resumir en unas líneas, la experta aconseja hacer algo sencillo: movimientos de ojos hacia la derecha (reteniendo unos segundos) y hacia la izquierda para así oxigenar los ojos y calmar el cerebro.
Fuente: https://www.vogue.es/articulos/envejecer-mejor-automasaje-cuidado-piel-recomendaciones-anatomia-facial